Los ochenta acababan de llegar y algunos locos en sus locales de hostelería empezaron a poner un bartop Arcade en Valencia. En Madrid y Barcelona también hubo alguno de esos visionarios que no sabían muy bien si aquello que estaban haciendo llegaría lejos o si sería tirar el dinero.

El tiempo en realidad demostró que aquellos locos no estaban tan locos, sino que eran los futuros responsables de una de las muchísimas cosas que hicieron que los años ochenta del siglo XX sean recordados como la época que forjó el actual destino del mundo.

¿Cómo podría una bartop Arcade en Valencia haber conseguido forjar el actual destino del mundo? Seguro que te lo preguntas. Lo cierto es que aquellas maquinitas de los bares y de los recreativos, aquellos como nosotros, que hoy te escribimos estas líneas, nos enseñaron que el malvado Donkey Kong, primer enemigo de Super Mario, podría volverse bueno para defender su isla.

Nos enseñaron también que no importa que seas el mas poderoso o el más rico, porque un sencillo fontanero puede tener el arrojo suficiente para atravesar grutas siniestras, el coraje suficiente para luchar contra malvados enemigos y la suerte suficiente para conseguir irse con la princesa del cuento.

Aprendimos de aquellas máquinas, en torno a las que los niños del barrio nos reuníamos y hacíamos nuevos amigos, que era mas importante ser quien eras que intentar aparentar ser lo que jamás serias en realidad. Claro que también hubo gente que no entendió nada, y cambió aquella camaradería que surgió en torno de aquellas máquinas vendiéndola a cambio de fama y mentiras, y que durante treinta años presumió de ostentar el récord de puntuación del malvado Donkey Kong.

A día de hoy todos aquellos niños que rodeábamos aquellas máquinas sabemos que los mentirosos nunca llegan a ser más que eso. Si quieres volver a los ochenta Mundo Arcade Sevilla te llevamos.